La Sociedad Española de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial (SEDO) define la Ortodoncia como una especialidad odontológica que estudia, previene y corrige las alteraciones del desarrollo, las formas de las arcadas dentarias y la posición de los maxilares, con el fin de restablecer el equilibrio morfológico y funcional de la boca y de la cara, mejorando también la estética facial.
El objetivo de la ortodoncia no es la perfección, si no la normalidad del paciente. Lo que se persigue es que los pacientes disfruten de un crecimiento y desarrollo de sus dientes y maxilares uniforme y que la disposición de los dientes sea armónica.
Por lo tanto, la ortodoncia trata, reconduce, acomoda, encamina a cada paciente hacia su propio objetivo, haciendo que se reencuentre con su patrón de crecimiento y desarrollo, ajustando sus dientes y maxilares en el marco de su propia normalidad.
Normalmente los tratamientos de ortodoncia emplean distintos dispositivos con la finalidad de corregir anomalías de los dientes y los huesos maxilares, obteniendo mejoras en mayor o menor medida tanto en la función de los dientes como en el aspecto estético de la cara, así como el estado de las encías.
Todo sobre la ortodoncia |
¿Quién necesita ortodoncia?
Necesitarán ortodoncia aquellos pacientes que sufran alguna de estas alteraciones:
Malposición dentaria: Se produce cuando la corona de un diente se encuentra gravemente desplazada de su posición correcta.
Pérdida prematura de dientes de leche: En los casos de pérdida de un molar es posible que sea necesario instalar un ‘mantenedor de espacio’ para que el nuevo diente tenga su sitio reservado.
Incisivos con mal ángulo: La ortodoncia con dispositivos fijos corrige el ángulo de los incisivos superiores, inferiores y ambos, en bloque.
Sobremordida: Los dientes anteriores de la arcada superior sobrepasan en la mordida más de la mitad de la altura de los dientes inferiores, un problema de maloclusión que solo puede solucionarse en cierta medida con la ortodoncia. Cuando esta alteración es fruto de problemas esqueléticos, debe corregirse en la infancia y la adolescencia (ortodoncia interceptada), porque al llegar a la edad adulta, los brackets modificarán la posición del maxilar sólo parcialmente.
Submordida: Los dientes inferiores se desarrollan excesivamente hacia delante o bien los superiores se posicionan muy hacia atrás o hay adelantamiento de la mandíbula inferior. Es posible corregirlo con un expansor que se fija a la mandíbula superior para expandirla y se vaya ensanchando a medida que crece la mandíbula. En algunos casos se utiliza una máscara facial anti prognatismo situada alrededor de la cabeza para aplicar una fuerza en la mandíbula inferior que la va reubicando en su lugar.
Mordida abierta: Cuando los dientes superiores e inferiores no se solapan y queda un hueco entre ellos al morder, se puede usar un expansor en niños como medida preventiva; aparatos y brackets en los adolescentes, pero se suele recurrir a la cirugía en el caso de los adultos.
Mordida cruzada: Se produce cuando uno o varios de los dientes de la arcada superior quedan por detrás de los inferiores al morder. Es sencillo de corregir en niños con un expansor fijado sobre el paladar y que se va ensanchando progresivamente cada día mediante una llave hasta que el hueso se fija. En los adultos es más complicado y puede ser forzoso acompañar esta ortodoncia con una cirugía correctora.
Dientes rotados: La ortodoncia logra hacer movimientos de rotación para colocar de manera precisa el diente.
Línea media desplazada: Los brackets se utilizan en este caso con el objetivo de hacer coincidir la línea media de los dientes superiores con la línea media de los inferiores.
Apiñamiento de los dientes: En este caso es una cuestión de estética, para la cual es posible utilizar la ortodoncia con el fin de ubicar los dientes o dar a la forma de la cara una posición más normal.
Espacio excesivo entre los dientes: Los aparatos de ortodoncia fijos consiguen cerrar espacios moviendo en bloque todo el diente (corona y raíz).
Problemas con el habla: Los dispositivos de ortodoncia pueden solucionar problemas con el habla -es decir, dificultad para pronunciar ciertos fonemas correctamente- ocasionados por proyección de la mandíbula, mordida abierta, protrusión de los incisivos superiores, sobremordida horizontal, ausencia de molares superiores permanentes o deglución atípica.
Respiración por la boca: Una placa vestibular que impida al paciente respirar por la boca puede resultar de gran ayuda en el tratamiento determinado por un otorrinolaringólogo para estos casos.
Apnea del sueño: En ciertas ocasiones, este trastorno es fruto de una alteración de la oclusión cuando el desarrollo de la mandíbula inferior no ha sido normal, por lo que el uso de la ortodoncia para arreglar la mordida puede ayudar en este trastorno.
Problemas de articulación de la mandíbula: En algunas ocasiones puede ser útil el uso de protectores bucales o de la mordida, también conocidos como férulas o aparatos. Su efectividad varía mucho entre los pacientes afectados de trastornos de los músculos y la articulación temporomandibular, los cuales afectan a las articulaciones y los músculos de la masticación que conectan la mandíbula inferior al cráneo. Sus síntomas son dificultad o molestia al morder o masticar; chasquido o chirrido al abrir o cerrar la boca; dolor facial sordo en la cara; dolores de cabeza y oído o sensibilidad o bloqueo de la mandíbula.
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